Yo creo que algo hace ya mucho tiempo, hizo un cortocircuito en mi mollera.
No encuentro otra explicación a la fascinación que tengo con este salame de David Carradine.
Años mirando Kung Fu con cara de boba.
He llegado a pensar que mi insistencia de ir en patas por la vida es un inconciente homenaje a su personaje de KWI CHAN CAIN (guan chan kein, para los amigos). Aún recuerdo con nervios como trataba de caminar por el papel de arroz sin que este se rompa, o cuando se grababa los ideogramas en la piel agarrando ese caldero que estaba caliente como negra en baile!
Ahhhh, qué epocas.
Mi más sentido homenaje a quien me hizo el bocho desde mi más tierna infancia!
2 comentarios:
A mí lo que más me daba gracia del pequeño saltamontes era que no era chino, y todos en el far west lo trataban como chino. Me hacía acordar a las películas de cine mudo en las que los actores blancos se pintaban con corcho la cara para hacer de negros.
Había que hacer un constante esfuerzo (yo también era bastante fana de la serie) para dejar pasar a cada rato ese dato evidente.
La última genialidad al respecto fue el papel que le dio Tarantino en Kill Bill. Todo un homenaje en vida, para él y para todos nosotros.
Mire, si yo he sido mazamorrera y madre patria (con gorro frigio incluido): IMPOSSIBLE IS NOTHING!
Pero para mi era chino y divino!
Salute
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