Luego de un más que merecido descanso, intentaré retomar este lugar de esparcimiento y solaz. Veremos qué resulta.
Hoy llegué a casa a media tarde, con ganas de viernes. En yunta con mi secuaz, decidimos suspender su entrenamiento y mis actividades, para amotinarnos en la paz del hogar. Por esas cosas de madre a contramano, me preparé el mate, puse música y me interné en la cocina dispuesta a preparar algo rico para comer y de paso ensañarme con las tazas de cierto estante.
Al fondo del estante había dos tazas idénticas apiladas. Ambas blancas, ambas exageradamente grandes.
Tomé la taza que tenía un escudo de River y la lavé.
Cuando fui a hacer lo mismo con la segunda, vi el escudo.
Una vez más me pregunté cómo es posible que yo atesore una taza con el escudo de Boca!
Justo yo, que disfruté cuando un ex me llevó a la Bombonera a verlos salir campeones y Newells tuvo el buen gusto de hacerlos llorar en masa. Justo yo, que de solo escuchar el "yunta, yunta, yunta, huevo, huevo, huevo"; tenía brotes de alergia. Justo yo que de solo ver a Palermo, cambio de canal.
Al lavar la taza lo vi.
Tomaba un te mientras hablábamos de política en la sobremesa, o mientras mirábamos algún documental en el History Channel, en una fría noche de invierno.
Se me vino su imagen con el pañuelo de seda al cuello, guiñándome un ojo mientras me decía cosas de esas que solo un "viejo" puede decirnos.
Mientras lavaba la taza, la imagen del viejo con su taza de te, se hizo presente en la cocina.
Sonreí, sequé con cuidado la taza y la guardé en el estante nuevamente.
3 comentarios:
Hermoso!
Son aquellas pequeñas cosas!
Que bueno, retomando, las ganas son así. Si uno no hace lo que le da la gana en su blog, dónde???
Beso.
Buenas, buenas.
Gracias CGL! vale doble viniendo de un bostero.
Cierto Almafuerte, visto así tiene muchísima lógica.
Besos!
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