jueves, 11 de septiembre de 2008

Juventud, divino, tesoro.



Hace días a cuento de otro tema, quedé pensando y repensando el tema del botox.
Vale aclarar que estoy a milenios de saber algo de medicina. Soy de las que si me duele un hueso digo que debe haber mucha humedad y si me duele la cabeza prefiero los paños fríos a las pastillitas. Voy al médico casi cuando no me queda otra salida y aún en esos momentos me hago la chancha renga.
Pero, como el tiempo es tirano y a mi la fiaca me toma por asalto y casi sin previo aviso, quiero volver al temita del botox.

La Toxina Botulínica (TB) está principalmente indicada para la distonía, la espasticidad y las secuelas derivadas de la parálisis cerebral.

Mi primer conocimiento acerca de esto fue hace unos años, gracias a una niña que padece una afasia y que necesitaba tratarse con inyecciones de botox. La nena debía hacerse varias aplicaciones y cada una de ellas salía U$S 2.000.
Entre un grupo de personas tratamos por todos los medios de conseguir las inyecciones, hicimos gestiones en salud pública a distintos niveles, mandamos pedidos solidarios a radios, canales, y distintas instituciones. Todo fue en vano.


En este sentido, merece la pena recordar que en niños con diplejia espástica, su administración puede prolongar el periodo de tiempo en el que no aparecen complicaciones o deformidades musculares derivadas de la propia espasticidad.



Finalmente y después de muchas peleas, demasiadas para la mamá de la nena, que en vez de canalizar sus energías en sostener a su hija debía peregrinar por cuanta oficina de burócrata con labios de churrasco, tetas hechas y pelo rubio a fuerza de periódicas visitas a la peluquería del barrio, la nena pudo darse las inyecciones de botox.

Desde ese momento cuando escucho de alguien que se aplicó botox, mi estómago se revuelve. No puedo evitar asociar el botox a la nena de mi historia y a su lucha diaria por tener una calidad de vida aceptable; no puedo olvidar la pelea de mucha gente por conseguir las inyecciones de botox y termino preguntándome cómo algo con aplicaciones médicas tan útiles termina haciéndose conocido por una derivación taaan pelotuda.

Ahora bien, por qué se usa botox para estética? La explicación a lo bestia sería: paraliza la zona en la que se aplica por un lapso de tiempo, literalmente: "la plancha". Allí radica el por qué de los resultados a largo plazo.
Por eso vemos peponas que tienen los pómulos como poceados y maltrechos, es que lo que por unos meses es el paradigma de la piel tersa, al tiempo se cae, se afloja, y no hay con qué arreglarlo salvo con más aplicaciones.
Dado que el efecto del botox no sólo es de corta duración, sino que deja a la persona en peores condiciones estéticas que antes de realizarse el tratamiento, podríamos decir que "el botox es un viaje de ida".
Ya se habla de "adictas al botox", la realidad es mucho más cruel y más simple. Las mujeres en su afán de frenar el paso del tiempo no miden las consecuancias de los tratamientos que se realizan y a los seis/ocho meses de hacerse las aplicaciones de botox se encuentran con que parecen la abuelita de Frankestein y la desesperación por evitar lo inevitable las lleva a repetir las aplicaciones y a entrar en un círculo del cual ya no podrán salir sin asumir plenamente que los años pasan y nos vamos poniendo viejos.

Saludo a todas esas aprendices de Highlander, a todas las niñas de 50, que en su desesperación por evitar lo inevitable nos divierten día a día con sus caras de plástico.
Sería bueno contarles que el mito de la "eterna juentud" es justamente eso: un mito.

7 comentarios:

RELATO DEL PRESENTE dijo...

A mi me contaron que el exceso de Bótox afena la sinapsis neuronal. Eso explica mucho de nuestro últimos meses en materia gubernamental.

piscuiza dijo...

No creo que haya algo de cierto en que el botox afecta la actividad neuronal. Creo que los últimos meses del gobierno sólo tienen una explicación, triste, pero real. Votamos por un par de mocosos imberbes y ahora nos sorprendemos por amanecer con las sábanas mojadas. Desde ya que lo de votamos es una generalización, porque yo de estos sí que no pienso hacerme cargo!
Saludos

Elio Puntieri dijo...

No nos diga más... el Botox es secreto.

Por otro lado, mucha gente asegura que esa toxina es natural, realza la belleza y no se qué cochinadas más. Yo le quiero poner a mi mujer, pero me recomendaron que primero pruebe con líquido de frenos.

piscuiza dijo...

Waitman, si su señora amerita, cómpre unas latas de aceite de avión, dicen que quedan peor que antes, pero andan a la velocidad de la luz!
Saludos

thegorila dijo...

Paso a saludar !! con respecto al botox... mire, ciertamente lo estoy pensando... pero tengo miedo a pasar a formar parte del " Amira Yoma Club "
Saludos

Unknown dijo...

Lo bien que hacés Piscuiza en alejarte de los médicos.
Siempre digo que para meterme a un quirofáno me van a tener que poner en coma.
Tengo UN compañero varón, de esos que se ponen cremas, que se hizo botóx, creo yo que como signo de status.Creo que lo prefería cuando se teñía el pelo.
Ahora no tiene expresión (humana).
Una vez me encontré con una conocida que parecía que había hecho una parálisis facial;con cautela, la tanteé, y me cuenta que la cirujana le había puesto la mitad de la ampolla para abaratar costos,¡pero se la puso en media cara!.
como en la fuga de Logan, las arrugas van a ser una medida de belleza en unos años, cuando todos tengan la careta de goma
Besos

piscuiza dijo...

Jajajaja, me morí con lo de la media ampolla!
Yo imagino a mirtha por ejemplo como la mujer de la película Brasil, que cosa espantosa.
Saludos