martes, 19 de agosto de 2008

De desayunos y otras yerbas.


Más de un amigo me ha dicho que no haría el amor con una mujer que no disfrute de la buena mesa.
Pero puesta a reflexionar al respecto he notado que el disfrute en cualquiera de sus formas, suele asustar a espíritus desprevenidos.
Ese deseo tan bien exteriorizado por el habla masculina, se diluye, espanta y huye despavorido ante el deleite sin fin de una mujer dispuesta al goce de los sentidos.
La mesa está servida! pensamos nosotras y en realidad la mesa deja de ser un mueble para convertirse en un universo que acuna olores, texturas, sabores, sonidos y todo aquello que sume condimentos y esencias.
Amanecemos a nuestro joven Adonis, bandeja en mano, entre susurros y buendías; prestas a regalarle un desayuno que le arranque sonrisas enajenadas durante el resto de la jornada.
Para ello dispusimos lo mejor de nuestro haber: tostadas cálidas y crocantes que desmayan la manteca al simple roce, jugos frescos y aromáticos y un café fuerte y fornido; sedas suaves al tacto que insinúen lo que seguirá, miradas urgentes que anticipan nuestros deseos más íntimos.
Todo está listo.
Pero cuando acudimos dispuestas, prestas, deseosas, de liberar nuestro costado epicúreo...
Una miga!!! Pardiez, cómo pudo suceder?
Y allí, mirando con susto, espanto y culpa sin fin; dejamos todos nuestros sueños hedonistas para sacudir con furia extrema a la culpable mientras pensamos: QUIEN CUERNOS ME MANDA A MI A HACERME LA ROMÁNTICA???

2 comentarios:

thegorila dijo...

Estimada Piscuiza: ya lo dijo el maestro Fontanarrosa en su cuento " El mundo ha vivido equivocado " y es así nomás. Como dice CFK " a nosotras nos cuesta más por ser mujer ".
Es mi primera visita y le dejo mis saludos.

piscuiza dijo...

Maguila, agradezco su visita gorilesca y yo al revés que la presidentE, creo que como decía Nacha Güevada: "Me gusta ser mujerrr".
Salute!