jueves, 30 de octubre de 2008

Sugerencias

Resulta que por esas cosas de la vida tuve que acudir al Banco de la Nación Arrgentina, Casa Matriz.
Acudí tempranito, cual jubilada en fecha de pago, porque soy una convencida que al que madruga le queda un ratito para pasear por Avenida de Mayo y mirar libros, antes de correr al laburo. Cuando llegué a mesa de entrada pregunté dónde realizar mi trámite y allí fui a la fila, no era taaan larga la fila; lo que me hizo sonreir contenta pensando en el tiempito que iba a ganar para pasear.
Cortita la fila, pero lenta como babosa en ablande.
Después de cuarenta minutos me tocó el turno, el empleado hizo como un amague de solucionarme la cosa así sin más ni más, hasta contó la plata que me iba a entregar y le hizo unos visto bueno a los papeles, cual maestra ciruela.
Yo creo que fue mi cara de alegría lo que le jodió, porque sin aviso previo me largó:
-Ahhh, no, no. Esto ahora que miro no es acá.
Es difícil explicar mi desconcierto, pero me subió como un calor que al llegar a mi cara me hizo decirle:
- Ajam y te das cuenta cuano ya casi me voy? La pucha que perspicaz.




Luego de una frondosa explicación del tipo: vas al sector tal, por ese pasillo al fondo y en el mostrador de la punta que tiene un cartelito que dice "Giros", pedís que te hagan efectivo esto (vale aclarar que "esto" no era un giro).
Apurando el paso por el tiempo perdido en vano fui al mostrador de "Giros". El empleado me atendió de un modo amable pero acompasado.
Mientras estaba en el mostrador vi venir por el pasillo a Largo, si Largo, el mayordomo de los Locos Adams. Mientras venía con su paso larguesco abrigado como si estuviese en estocolmo con campera, bufanda y guantes de cirujía me enteré que largo trabaja en el sector auditoría médica y que tiene un temita complicado con los microbios. Parece que largo trabaja, come y vive así: con bufanda y guantes de látex. Según sus compañeros del sector Giros: es un personaje.
Del mostrador pasé a otra ventanilla donde esperé aproximadamente veinte minutos porque parece que en giros no me habían autorizado bien el trámite, así que la chica de la ventanilla de caja caminó veinte pasos y fue a pedir la autorización. Fue raro porque parece que para que me autoricen el trámite antes tenían que contarse que Isabel no estaba porque se había ido a la cama solar, porque tiene el casamiento de la prima pobre Isabel y no da ir con ese color de muerta que tiene.
Veinte minutos esperé al son son de una radio de esas que te pasan los cuarenta insoportables del momento: Quién te besó lejos de mi mientras no se qué cuernos pasa...
Mientras estaba ahí sola frente a la silla vacía recordé que hace cosa de dos años aproximadamente yo firmé un petitorio para salvar al Banco Nación. Pensé dónde andará la palnillita con mi firma. Pensé que con mi firma había apoyado a Largo con sus guantes de látex y su problemita con os microbios, había ayudado a Isabel a broncearse en horario de trabajo, y un montón de cosas más.
Dónde estará la planillita con mi firma?
Ojo eh, que yo no soy de arrepentirme así como así, yo no quiero que saquen mi firma del petitorio; pero bueno a lo mejor puedo agregar unas notitas al pie, algunas sugerencias...algo.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Usted es una romántica incurable y para refrendar lo dicho, me remito a su escucha de los 40 insoportables del momento, mientras tiene que escuchar gansadas y esperar.
La reconozco como romántica, por pura empatía:
¡las cosas que he firmado en mi vida!.
Consuélese pensando que Largo es acromegálico y no tendría obra social, y lo de la chica, bueno, no se me ocurre nada.

Unknown dijo...

Que lindo parece un extracto de un libro para una peli estilo Amélie. "Mundos in mundos". Saludos

Bugman dijo...

Deberían reemplazar a todos los empleados que están en mostradores por japoneses sonrientes. Son muy amables, los japoneses. Y además si uno va y le dice al jefe que lo atendieron mal, se hacen el ikebana.

piscuiza dijo...

Cerri: No se confunda los 40 horripilantes los tenía de fondo la empleada que me dejó de plantón. Es tal la perversión de esa gente que a la mala atención le suman tamaña tortura!
Mermelada: Ud dice que me vaya haciendo el corte carré? Le voy a confesar un secreto: el pelo corto me queda ES PAN TO SO!
Pero lo del guión lo vamos viendo.
Señor Bug que cosa los orientales con esa cara de ver llover.
Con respecto a lo del Ikebana me deja muy tranquila, porque el sólo pensar en un harakiri, un Fujiyama o un tamagochi me llenaba de congoja.
Saludos

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Yo creo que si voy al banco disfrazado de musulman y con un cinturón de dinamita, me hacen sacar número.

No les importa un carajo de nada.

Occam dijo...

Brillante otra vez Piscuiza. No sé si es propio de Amélie o más de un Kafka acriollado (o sea, con nuestro sentido del humor frente a la adversidad). A veces todo se parece demasiado a la película Felicidades (que no hace falta decir que me gusta mucho; la película digo, no las situaciones de ese estilo).
Creo que usted ha dado en el clavo. La clave de su discurrir surrealista para un trámite -en principio- sencillo, estuvo en su buena cara. En esas instituciones el buen talante y la amabilidad son pecados imperdonables.
Y jódase por firmar la planillita. Hay que recordar siempre: Lo que es de todos, en realidad no es de nadie...
Mi más cordial saludo.

piscuiza dijo...

Relato no me tire ideas, mire que después de mi incursión estoy como poseída por un demonio que me invita a probar hasta dónde son capaces. Yo apuesto doble a sencillo que le dan un numerito celeste y lo sientan en una silla medio destartalada a esperar su turno.
Occam, Ud dice que hice mal en firmar todos los petitorios que firmé? Si la memoria no me falla, aparte de la papeleta por el Banco Nación he firmado hasta por los tratamientos de fertilidad para las ballenas Francas Australes. Es que me sale de linda la firma.
Saludos